Iván Soca Pascual (Santiago de Cuba 1966) estudió en Leningrado, en la antigua URSS una carrera llamada Construcción de computadoras. Desde entonces, hay algo que lo cautiva: la fotografía. “Leningrado es una ciudad maravillosa -dice Soca- llena de puentes, ríos y ambiente de bohemia. Por esa época yo siempre tuve una cámara entre mis manos pero nunca pensé que podría llegar a ser un fotógrafo en lo profesional”. Pero él ha alcanzado mucho más que ejercer como un profesional la fotografía porque ha logrado producir emociones en quienes ven sus fotos. Ha aprendido a atrapar al tiempo valiéndose de instantáneas.
“Aquí el que baila Gana”, su más reciente y ambiciosa muestra personal da crédito a lo anterior. Esta exposición relata parte de la gira nacional que recientemente hicieron los Van Van. El pretexto de semejante recorrido estuvo motivado por la filmación de un DVD y para festejar los 36 años de la que es, para muchos, la orquesta insigne de la música popular cubana. Esta muestra de Soca refleja, en general, sus principales postulados a la hora de hacer una instantánea, pues él no concibe “una imagen sin poética, sin lírica, sin simbolismo, y eso -afirma- tiene que ver con la trova”.
También dice que sus primeros acercamientos a la fotografía están ligados a su relación con ese género: “Soy un seguidor incansable de las canciones y mis imágenes son siempre marcadas por la poesía que ellas me inculcaron.” Y es fácil reconocer eso que dice pues un punto exacto donde a mi parecer convergen el fotógrafo, el melómano, el homenaje personal en “Aquí el que baila Gana”, es la foto que presenta de perfil y en primer plano a Juan Fromell junto a un cuadro de Sindo Garay en la Casa de la Trova de Santiago de Cuba. Espalda contra espalda dos grandes de la música, como las dos caras de una moneda que se custodian mutuamente.
Como es lógico, hay otras fotos dedicadas al principal artífice de la orquesta. Quiero destacar dos que me hicieron recordar una conversación que junto al periodista Leandro Estupiñán sostuve pocos meses atrás con el maestro Formell. Los instantes captados: en la noche, durante uno de los conciertos, en primer plano, medio de perfil izquierdo, un close up de Formell; en un segundo plano, fuera de foco, ligeramente iluminado, tocando el contrabajo, está Pavel Molina, el más reciente integrante de la banda. La otra es un contrapicado, a la luz del día sin más escena que el cielo. A la derecha del cuadro horizontal aparece el padre de busto y a la izquierda, en igual posición, su hijo Samuel, baterista y actual director de la orquesta.
Específicamente hago referencias a estas fotos porque existe un paralelo con la respuesta certera de Juan Formell ante mi interrogante de cómo imagina a Van Van cuando ya él no esté. Es impresionante su confianza en los jóvenes que llegan, en Van Van como un proyecto que forma parte indisoluble de disímiles generaciones de cubanos, como una institución de la música donde lo imprescindible es la agrupación y no ningún integrante en sí. “Hay dos personas en esa banda que son muy inspiradoras -cuenta Soca-, Samuelito y Juan Formell. El primero es la juventud y siempre digo que es "el motor" del tren, y el segundo, "el aliento", la persona sencilla con muchos valores humanos que respeta a todos.”
Gran parte de la obra de Iván en la música se presenta en blanco y negro, digital y siempre a luz ambiente. Aunque no desdeña lo analógico, es ampliamente perceptible su devoción por lo digital. Le cuestiono:
¿Por qué siempre trabajas con esa técnica?
“Bueno, creo que eso se impone, además debido a mi formación es lógico que confíe en el mundo digital. Siempre pensé que ese día llegaría, que solo era cuestión de tiempo. Las capacidades de memoria, la velocidad y el poder de procesamiento de la electrónica eran solo lo que faltaba, lo demás ya estaba, pues las ópticas son simplemente las mismas. Entiendo a los colegas que se aferran a lo analógico porque es como la historia, pero a la verdad, lo digital está en la mera efervescencia y se ha impuesto ya, quiéranlo o no.”
Específicamente… ¿por qué presentas este trabajo sobre Van Van en blanco y negro?
“La exposición “Aquí el que baila Gana” está compuesta por 63 fotos donde 60 son en blanco y negro, luego hay tres imágenes que son a colores y juega con su título: Aquí (azul) el que Baila (blanco) Gana (rojo).
En verdad me gusta mucho mostrar mi trabajo de forma monocromática, no solo en blanco y negro, me gusta que la gente tenga la visión que quiera de las cosas, el blanco y negro te da esa libertad, además de que hay un lenguaje, un sabor que solo el blanco y negro da, quizás tenga que ver con aquello que te contaba de aferrarse a lo tradicional, aunque creo que tiene que ver más, en mi caso, con la libertad de ver lo que uno quiera mas allá de la imagen misma”.
Con motivo de una exposición de Soca en el año 2003 en la Sociedad General Autores y Editores, el poeta Waldo Leyva escribió: “El tiempo y la memoria se convierten en una obsesión para el artista, atrapar su fugacidad, dejar testimonio de su presencia en un rostro, en la geografía de un mensaje, en las notas desgarradas de una guitarra, en la luz que protagoniza un lienzo o una fotografía, o en los versos de un poema o en el transcurrir de los personajes de una novela, es la meta mayor que se impone cualquier creador”. Y es justo eso de lo que habla nuestro decimista lo que más me llama la atención en la estética de la fotografía de Iván Soca: buscar la expresión en todas sus magnitudes para inmortalizarla. Amén de quién sea el retratado, los mismos Silvio Rodríguez, Adrian Berasaín o en este caso, Van Van.
Iván Soca no llegó improvisado a trabajar en la gira, antes, hace siete años formó parte del grupo que fundó el Centro Pablo de la Torriente Brau y colaboró como fotógrafo directamente con el espacio A guitarra Limpia, por el que han pasado importantes poetas y cantores. Luego “continuó mi camino -cuenta- en un proyecto que hasta hoy mantengo, Canto de Todos, centro para la canción iberoamericana y la trova. Actualmente también trabajo con el Instituto Cubano de la Música cubriendo eventos importantes. Esta institución me ha dado un espacio que a la verdad no he desaprovechado, pues he podido trabajar junto a grandes músicos de la palestra nacional y también internacional.”
Así no es de extrañar ver su trabajo en una treintena de discos de los más versátiles compositores, en cinco producciones para DVD, como parte de muchos conciertos individuales, como son los de Silvio Rodríguez, Santiago Feliú, Carlos Varela, Vicente Feliú, Frank Delgado,Pedro Luis Ferrer, Augusto Blanca, Fernando Bécquer, Liuba Maria Hevia, Yusa, Kelvis Ochoa, entre otros.
También extranjeros como el catalán Joan Manuel Serrat, los argentinos Fito Páez y Charly García, el español Luis Eduardo Aute y el uruguayo Jorge Drexler. Es importante destacar también su cobertura en calidad de fotógrafo exclusivo a bandas extranjeras que en los últimos tiempos han tocado en La Habana y que gozan de un alto reconocimiento mundial como son Audioslave, Air Supplí, Rick Wakeman y Manu Chao.
Hay que señalar que actualmente la fotografía es una parte importante de un amplio proyecto que Soca encara con la misma dosis de voluntad y calidad. Así su espectro creativo abarca otras zonas musicales, otras maneras de expresarse que lo han llevado a incursionar en la gráfica, el diseño y la producción de espectáculos en general.
Luego de esbozar parte de la hoja de servicios de Iván Soca Pascual es fácil comprender por qué Ian Padrón, uno de los más talentosos directores noveles cubanos y realizador del DVD “Aquí el que Baila Gana”; pensó en él: “Un día Ian me contó de la posibilidad y la idea que existía acerca de que yo trabajara en la infografía y el diseño del nuevo DVD de VAN VAN. Para que conociera la banda se me invitó al concierto del 25 de diciembre de 2005 en la Plaza de la Revolución y allí dentro de las muchas imágenes nació una especial, una que desencadenó un sin número de ideas acerca de lo que podría ser la imagen de la gira de esta prestigiosa banda, pero que también quedaría para identificar aquel fenómeno musical con las raíces de todos los cubanos”.
Habla de la imagen del cartel oficial de la gira que a su vez forma parte de la expo y que lo protagonizan la bandera cubana, un micrófono de la primera mitad del pasado siglo (y que Juan Formell viene utilizando hace ya algún tiempo en los conciertos) así como textos de anclajes que dicen Van Van, La Gira, 2006. Y Soca dio en el centro de la diana porque no pudo escoger un símbolo más exacto que la bandera nacional para expresar la relación de Cuba con Van Van y viceversa. La imagen de ese micrófono también es acertada. Nos invoca a grandes como el Beny, a la tradición de prestigiosos músicos nacidos en esta Isla y de la que “el tren” es mero exponente. El cartel funciona y resume la identidad nacional que representa la orquesta y que trasciende cualquier existencia humana. “Arranqué mi trabajo en esta gira ya sabiendo lo que significaba VAN VAN, entendía su magnitud, también su calidad. Pude apreciar durante todos esos concierto que es una institución musical de mucho respeto, que ha aportado mucho a la banda sonora de nuestra nación, y eso me emocionaba y aun hoy me emociona mucho decirlo. Así, en ese ambiente de profesionalidad y respeto, transcurrió la gira”.
Ese espíritu cubano que representa Van Van, igual al sentido de pertenencia del que habla Heredia en sus coplas al Niágara y que está concentrado en el cartel se respira en toda la muestra, mejor dicho, en todo el trabajo en su conjunto. Ese mismo es el camino surcado por Iván, que cree “que el fotógrafo es aquel que mira y dice lo que piensa a través de sus imágenes, entiéndanlo o no”.
Aplausos merecidos atribuyo a la curaduría de Dársi Fernández Maceira sobre el trabajo salido del lente de Soca. Tal parece que al recorrer la exposición podemos estar en un pedacito de cada uno de esos lugares, donde es protagonista, tanto la orquesta y sus individualidades como el público. En particular vale destacar la exquisita disposición de las piezas en un espacio tan amplio. También la combinación de las fotos de cada uno de los integrantes del grupo y del público con las dedicadas a símbolos representativos de lugares como son el monumento a Antonio Maceo del escultor Alberto Lescay en Santiago de Cuba o El crucifijo gigante de madera en La loma de la Cruz en la Ciudad de Holguín.
Ya dejo el espacio para esta atracción fotogénica de Iván Soca Pascual. Solo convidarlos a lanzar un pasillo en “Aquí el que baila Gana” y al compás del tres más dos sentir el estremecimiento que sedujo a su autor durante su trabajo en la gira: “hubo uno que en verdad marcó la pauta, fue en Santiago, delante de Maceo, fue tremendo. Algo nunca visto por mí, y pude incluso atraparlo en muchas instantáneas. Esa noche 270 mil santiagueros abrazaron a VAN VAN y de qué manera….”